El parásito «come cerebro» de agua dulce y fuentes termales

En el tranquilo entorno de ríos, lagos y fuentes termales, acecha un parásito mortal conocido por el aterrador apodo de «come cerebros», este organismo microscópico ha sido responsable de infecciones que, aunque son extremadamente raras, casi siempre resultan fatales.

El parásito come cerebro

El parásito «come cerebro« es una ameba de vida libre llamada Naegleria fowleri, responsable de una infección cerebral extremadamente letal y de rápida evolución. La mayoría de las personas que contraen esta enfermedad no sobreviven. Aunque es poco común, con menos de 10 casos reportados al año en los Estados Unidos, la gravedad de la infección hace que sea un tema de gran preocupación.

¿Dónde se encuentra el parásito «come cerebro»?

Naegleria fowleri se encuentra principalmente en ambientes de agua dulce como lagos, ríos y fuentes termales. En raras ocasiones, también puede estar presente en piscinas mal mantenidas o con cloración inadecuada. Aunque las amebas de vida libre están distribuidas en todo el mundo, se han registrado casos de la enfermedad que van desde Estados Unidos, Australia, Brasil, Europa, India y Zambia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Letalidad del parásito

Identificada por primera vez en 1965, esta ameba se ha reconocido como la causante de la Meningoencefalitis Amebiana Primaria (MAP), enfermedad que destruye el tejido cerebral. Aunque extremadamente rara, la infección es casi siempre mortal. A nivel mundial, se han reportado aproximadamente 430 casos, y en Estados Unidos, el 97% de los infectados no sobrevive, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Transmisión y factores de riesgo de el parásito «come cerebro»

1. Entrada y migración de la ameba

La infección comienza cuando el agua contaminada con Naegleria fowleri entra en la cavidad nasal, generalmente durante actividades acuáticas en agua dulce templada. También se han registrado infecciones en personas que usan agua del grifo contaminada para irrigarse los senos nasales. La ameba se adhiere a la mucosa nasal, causando inflamación y ulceración, y utiliza el nervio olfatorio como vía de acceso directo al cerebro.

2. Invasión del sistema nervioso central (SNC)

Una vez en el nervio olfatorio, Naegleria fowleri migra rápidamente hacia el cerebro. Cruza la lámina cribosa, una estructura delgada que separa la cavidad nasal del cerebro, llegando al bulbo olfatorio, donde comienza a invadir y destruir el tejido cerebral.

3. Destrucción del tejido cerebral por el parásito «come cerebro»

Dentro del cerebro, la ameba provoca la destrucción del tejido a través de varios mecanismos:

  • Liberación de enzimas proteolíticas: Estas enzimas degradan las proteínas y estructuras celulares, causando necrosis del tejido cerebral.
  • Inducción de apoptosis: La ameba puede inducir la muerte celular programada en las neuronas, contribuyendo a la pérdida masiva de células cerebrales.
  • Inflamación intensa: La presencia de Naegleria fowleri desencadena una respuesta inflamatoria que, aunque es parte del intento del cuerpo por combatir la infección, contribuye a un daño cerebral adicional.

Es crucial destacar que la infección por Naegleria fowleri no ocurre al beber agua contaminada, ni se transmite de persona a persona.

Signos y síntomas de la infección

Los síntomas de la Meningoencefalitis Amebiana Primaria (MAP) generalmente comienzan con:

  • Dolor de cabeza
  • Fiebre
  • Náuseas
  • Vómitos

A medida que la enfermedad avanza, se desarrollan síntomas más graves como:

  • Rigidez en el cuello
  • Confusión
  • Pérdida de equilibrio
  • Convulsiones
  • Alucinaciones

Lamentablemente, la mayoría de los pacientes fallecen entre 1 y 18 días después de la aparición de los síntomas.

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico de la Meningoencefalitis Amebiana Primaria (MAP) se realiza mediante pruebas de laboratorio que detectan Naegleria fowleri en el líquido cefalorraquídeo, generalmente después de que los síntomas se han manifestado. Desafortunadamente, debido a la rápida progresión de la enfermedad, el diagnóstico a menudo se realiza después del fallecimiento del paciente.

Las opciones de tratamiento son limitadas, pero una intervención temprana con ciertos medicamentos antifúngicos y antimicrobianos pueden ofrecer alguna posibilidad de supervivencia.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *